El entorno global en el que se desarrollan actualmente los negocios, está impulsando a las organizaciones a considerar el impacto social y ético de sus actividades y políticas corporativas. Aquellas empresas que sean capaces de de-mostrar un enfoque responsable sobre cuestiones sociales y éticas, dispondrán de una ventaja competitiva e inspirarán la confianza de los diferentes grupos de interés: clientes, inversores, proveedores, empleados, comunidades locales y consumidores.
La sensibilidad social respecto al trabajo infantil, a los trabajos forzados y a la discriminación hacen que las empresas no sólo deban considerar su influencia directa, sino, también su propia cadena de suministro.
Según el libro verde elaborado por la Comisión Europea, la comprobación por terceros independientes de la información publicada en los informes de responsabilidad social es también necesaria para no dar la impresión de que los informes son meros ejercicios de relaciones públicas sin contenido real.
Cada vez más organizaciones contemplan a la Responsabilidad Social como un criterio a tener en cuenta en su toma de decisiones y demandan una evaluación independiente, ya sea de su sistema global de gestión de Responsabilidad Social, como de elementos específicos de la misma.
La responsabilidad social describe el deber que las corporaciones, gobiernos, organizaciones benéficas y todas las instituciones tienen para con sus partes interesadas.
Para mantener la confianza de los clientes, empleados, accionistas y otras partes interesadas, la organización debe establecer un marco significativo de toma de decisiones responsables en todas sus actividades.
Las normas de referencia sobre las que se implantan sistemas de gestión de la Responsabilidad Social Corporativa son:
- ISO 26000: No certificable.
- SA 8000: certificable por entidades certificadoras acreditadas por la Social Accountability Accreditation Services.
- SG-21
- MEMORIAS RSC.
- AA 1000